La dispraxia es una patología apenas
conocida. Es un tipo de disfunción psicomotriz que se manifiesta con torpeza,
lentitud y dificultad para la coordinación de movimientos sencillos, que
requieren la coordinación de varios grupos musculares. Los niños y niñas con
dispraxia muestran una dificultad motora fácilmente observable, esta es la
razón por la que la dispraxia también se conoce como Síndrome del niño torpe.
Los niños y niñas con dispraxia
Las dificultades que conlleva la
dispraxia aparecen desde los primeros momentos. Es una enfermedad psicomotriz
que implica una falta de organización del movimiento, desde el principio de
puede observar una debilidad motriz.No implica una deficiencia intelectual.
La dispraxia dura toda la vida y puede
ocasionar diferentes trastornos, como trastornos del habla, hiperactividad,
dificultades de aprendizaje, trastornos motores, visuales, afectivos y de
comportamiento. Afecta a muchos aspectos del desarrollo:
En los bebés se observa dificultad para
gatear, para manipular los juguetes y aprender a usar ciertos utensilios, y un
retraso en caminar.
A medida que crecen se observan
dificultades en la escritura, en ponerse la ropa o peinarse. Muestran
dificultades en los deportes y para aprender a montar en bici o nadar. Pueden
tener dificultades para mantener la atención en clase. Sus relaciones sociales
también se ven afectadas, ya que se sienten frustrados al no lograr ciertas
habilidades y pueden ser etiquetados de torpes.
En los adultos la dispraxia puede suponer
enfrentarse diariamente a retos y desafíos.
Causas de la dispraxia
No se conoce con certeza cuál es la causa
de la dispraxia, aunque diferentes estudios relacionan su causa con una
inmadurez en el desarrollo neuronal, una lesión en las primeras etapas del
desarrollo del tejido nervioso, traumatismos o lesiones cerebrales, como:
- Sustancias que afectan al feto durante el embarazo (drogas, alcohol, tabaco).
- Problemas en el parto, dando lugar a sufrimiento fetal.
- Prematuridad.
- En los adultos puede ser debida a un accidente cerebrovascular, traumatismos, etc.
- La importancia del Diagnóstico
- En muchas ocasiones la dispraxia es difícil de diagnosticar y pasa desapercibida. Un diagnóstico temprano es fundamental para lograr el desarrollo de estrategias que les permitan desenvolverse en su vida diaria.
El diagnóstico precoz permite identificar
las alteraciones psicomotrices, esta identificación temprana es clave para la
mejor respuesta y un buen pronóstico. Gracias a ello se podrá hacer una
intervención ajustada y efectiva, y de este modo no se verá afectada su
actividad habitual en la vida adulta.
9 Pautas de actuación frente a la
dispraxia
- Un diagnostico precoz es esencial, las revisiones rutinarias pueden servir para comprobar si se cumplen los hitos del desarrollo psicomotor.
- El abordaje de la dispraxia se hará desde un punto de vista multidisciplinar. Diferentes especialistas, dependiendo de las necesidades de cada niño/a se encargarán de la intervención.
- Refuerza su autoestima, ya que pueden sentir frustración y se verá afectada su autoestima.
- Sé comprensivo con ellos, no les presiones, pero animales y guíales para que desarrollen ciertas habilidades motoras: tocar un instrumento, subir y bajar escaleras, trabajos manuales, etc.
- Si el habla se ve afectada, emplea ejercicios para la coordinación de los músculos implicados en el habla.
- Desarrolla sus habilidades sociales, evitaras problemas en sus relaciones sociales.
- Explícales en que consiste la dispraxia con naturalidad, ayúdales a entenderlo y no les hagas un trato especial, sobreprotegerles es contraproducente.
- Refuerza sus logros.
- No les etiquetes, en ocasiones son tachados de torpes e incluso de no intentarlo. Las etiquetas dañan su autoestima.