El Trastorno Específico del
Lenguaje (TEL) es una afección en el desarrollo del lenguaje y los niños que lo
padecen tienen problemas para comprender y/o expresarse.
Antonio, subido en un banco de
su colegio
La primera palabra que pronunció Antonio
fue mamá. Hasta aquí, todo normal. Lo que ya no entra dentro de esos
límites fue cuando la dijo; casi con tres años y medio, edad durante la cual
los niños ya dicen más de 1.000 vocablos. Conclusión: más de un año de
retraso en el habla.
Algo no iba bien. Y eso lo sabía
muy bien su madre, Ana. «A los 18 meses, los niños tienen que tener algún tipo
de lenguaje y a los 24 deben construir frases, aunque sean incompletas»,
relata. Pero con 36 meses,Antonio tan solo balbuceaba y señalaba las cosas cuando
quería pedir algo. Sus padres, preocupados por la situación, decidieron acudir
al pediatra. La solución: ya hablará.
«El pediatra siempre nos
decía que no nos preocupáramos, que hay niños que se retrasan al hablar. Pero
creer eso es un error». Tras varios meses de diagnóstico, consiguieron dar con
el nombre: Trastorno Específico del Lenguaje (TEL). Una afectación
en el desarrollo del lenguaje. Los niños que lo padecen tienen problemas
para comprender órdenes sencillas y/o expresión del lenguaje.
Se estima que afecta al 6% de los
menores y en mayor parte, a los varones, en edades tempranas. Existen tres
modalidades de TEL:comprensiva, expresiva y mixta. «Mi hijo es un niño
que tiene dificultades con la expresión oral pero la comprensión la tiene
normalizada», indica Ana Sánchez, presidenta de la Asociación del
Trastorno del Lenguaje en Castilla-La Mancha (Atel-clm).
El principal problema de esta
alteración del lenguaje es su diagnóstico tardío
El problema de esta alteración
poco conocida, y confundida con el autismo o la dislexiaen la
mayoría de las ocasiones, es su diagnóstico tardío. «Las familias pasan por un
largo camino antes de que sus hijos sean diagnosticados e incluso cuando llegan
al diagnóstico se sienten muy perdidas debido a la falta de información de
la que se dispone de este trastorno», señala la presidenta de Atel-Clm.
Esta agrupación de reciente
creación está formada por 20 familias en la Comunidad. «En Toledo nos
sentimos abandonados. No existen profesionales que nos den una
solución fiable al problema de nuestros hijos, nos tenemos que desplazar hasta
Madrid para poder tratarlos adecuadamente», se lamenta esta madre. «Las terapias
con logopedas pueden ayudar a mejorar sus capacidades de estos niños
aunque se trata de un trastorno que no desaparece nunca», asegura.
La predisposición de la familia
en estos casos es muy importante. Desde Atel-clm, señalan que si un niño está
intentando pedir agua y no lo dice correctamente, no hay que
recriminarle que lo ha dicho mal, sino repetirle cómo se pronuncia
correctamente para que lo vaya asimilando poco a poco. «Es importante
que el niño mire a los ojos de la persona que le habla para que sepa que le
está haciendo caso. También se les debe hablar despacio y con frases cortas,
porque quienes no tienen este problema de lenguaje hablan muy rápido y los
afectados por el TEL tienen que guardar en su cabeza lo que se les dice, además
de intentar buscar las palabras para lo que van a contestar», explica Sánchez.
Consecuencia: frustración
La frustración es la
principal reacción de un niño al que le diagnostican TEL. «El cerebro
de una persona no afectada sabe predecir cómo va a terminar la frase que no se
ha terminado, pero para los afectados por este trastorno es difícil porque
cuando se quiere dar cuenta la conversación ha cambiado y él está todavía en la
primera conversación».
Este enfado puede verse
trasladado a varios ámbitos de su vida diaria como son las actividades
básicas del día a día (alimentación, aseo...), en la participación de
juegos o actividades de ocio… incluso en las destrezas sensoriales,
motoras o cognitivas que posibilitan tener un desempeño adecuado
diario. También en el colegio ven limitadas sus capacidades. Un simple examen
de matemáticas puede convertirse también para ellos en uno de lectura
comprensiva, ya que, si además tienen afectada la capacidad de comprensión,
esto supone una nueva barrera.
Las familias de niños con TEL
reclaman más medios para la detección precoz de este trastorno
Hace poco, un estudio llevado a
cabo por el Grupo de Investigación en Cognición y Lenguaje, formado por
investigadores de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC) y la Universidad de
Barcelona (UB), ha encontrado una estrecha relación entre el fracaso escolar y
el trastorno específico del lenguaje (TEL). La investigación ha revelado que el 75%
de los niños con este trastorno presenta un bajo rendimiento académico y,
o han repetido curso, o bien reciben una educación especial o reforzada.
Los progenitores de estos niños
pueden convertirse en sus mejores profesores, pero para ello necesitan apoyo.
Una ayuda que pasa por demandar logopedas diarios, puesto que en estos
momentos, si una familia tiene que sacar adelante a su hijo, tiene que pagar
sus propias terapias, lo que ronda los 300 euros al mes, un desembolso que
muchas no pueden permitirse. También demandan más medios para la
detección de un diagnóstico precoz, medidas educativas, apoyo personal y
orientación e información para aprender a comunicarse con sus hijos.
Fonte: ABC Toledo