Autores:
aCatedrático de Psicología, Departamento de
Psicología. Universidad de Oviedo. España.
bDepartamento de Psicología, Universidad de Oviedo. España.
cPediatra. CS de Durango. Vizcaya, España.
dEnfermera Pediátrica. CS de Durango. Vizcaya, España.
Correspondencia: F Cuetos. Correo electrónico: fcuetos@uniovi.es
Referencia para citar este artículo:
Cuetos F, Suárez-Coalla P, Molina MI, Llenderrozas MC. Test
para la detección temprana de las dificultades en el aprendizaje de la lectura
y escritura. Rev Pediatr Aten Primaria. 2015;(epub: 18/Jun/2015).
Publicado en Internet: 18/06/2015
Resumen:
Introducción: el diagnóstico de la dislexia se
suele producir varios años después de que se inicie el aprendizaje de la
lectoescritura. Para entonces muchos niños disléxicos ya saben lo que es el
fracaso escolar y la pérdida de autoestima. Con un diagnóstico temprano se
pueden evitar muchos de esos problemas. Además los programas de intervención
son mucho más eficaces cuanto más tempranamente se apliquen.
Objetivos: el objetivo de este estudio fue
elaborar una prueba de diagnóstico precoz de la dislexia, basada en los déficits
de procesamiento fonológico que presentan estos niños, aplicable a los cuatro
años de edad, antes de que se enfrenten a la lectura.
Material y métodos: la prueba consta de seis
subtareas con cinco ítems cada una que se puede pasar entre seis y diez minutos.
Las seis subtareas evalúan los principales componentes del procesamiento
fonológico: discriminación de fonemas, segmentación de sílabas, identificación
de fonemas, repetición de pseudopalabras, memoria verbal a corto plazo y
fluidez verbal.
Resultados: los datos obtenidos de una muestra
de 298 niños de cuatro años muestran una buena fiabilidad y una alta validez de
constructo de la prueba. Se proporcionan valores normativos en percentiles y
puntos de corte por debajo de los cuales se consideran niños de riesgo de
sufrir una dislexia.
Conclusiones: la aplicación de esta sencilla
prueba en las consultas pediátricas y en las clases de Educación infantil a los
niños de cuatro años de edad permitirá detectar aquellos con riesgo de sufrir
dislexia para poder intervenir lo más tempranamente posible, antes de se
enfrenten al aprendizaje de la lectorescritura.
Palabras clave: Test de prevención.
Procesamiento Fonológico. Dislexia.
INTRODUCCIÓN
El aprendizaje de la lectoescritura es uno de los
principales retos a los que se tienen que enfrentar los niños durante los
primeros años de la escolaridad. La mayor parte logran superarlo sin demasiadas
dificultades, pero hay un porcentaje importante que presentan serios problemas
de aprendizaje, lo que probablemente les conduzca al fracaso escolar, ya que la
mayor parte de los contenidos escolares se aprenden a través de la lectura1.
En algunos casos se trata de un simple retraso lector producido por problemas
familiares, escasa motivación, etc., en otros de un trastorno disléxico de
origen neurobiológico. Aunque se han dado estimaciones muy variables de los
porcentajes de dislexia, algunos autores hablan de un 17% de casos2.
En español, por tener un sistema ortográfico muy transparente, se estima que
los porcentajes se encuentran entre el 3 y el 4%3,4.
Generalmente la dislexia se detecta varios años después de
iniciado el aprendizaje de la lectura y escritura, cuando los niños, a pesar de
tener capacidades cognitivas normales, un entorno familiar y escolar
favorables, además de esforzarse por aprender, no terminan de adquirir esas
destrezas. Eso conlleva un retraso en el desarrollo escolar con respecto a sus
compañeros, y lo que es peor, una pérdida considerable de autoestima. Cuanto
más tiempo pasa para ponerle remedio más difícil es la recuperación, ya que por
una parte los niños van perdiendo motivación y cada vez sienten menos atracción
por la lectura, y por otra el cerebro va perdiendo plasticidad. De hecho,
cuando se detectan tempranamente los trastornos disléxicos los resultados de la
intervención son mucho más efectivos5,6.
La cuestión es cómo se puede predecir la posible existencia
de trastornos de lectura lo más temprano posible, pues obviamente, hasta que el
niño no ha iniciado el aprendizaje y hayan pasado varios años sin conseguirlo
no se puede hablar de dislexia. Pero para entonces ya se ha perdido un tiempo
precioso en el que los tratamientos hubiesen sido muy efectivos. Lo ideal sería
comenzar a una edad temprana, antes incluso del inicio del proceso de enseñanza
sistemática de la lectura. En ese caso sería necesario conocer los factores
predictores de la lectura, es decir, saber si los niños disléxicos presentan
alguna alteración responsable de sus problemas para aprender a leer y escribir.
Numerosos estudios realizados en las últimas décadas
apuntan, sin ninguna duda, hacia el procesamiento fonológico7-9.
Contar con un buen procesamiento fonológico es fundamental para aprender a leer
y escribir, ya que la lectura consiste en transformar grafemas o letras en
fonemas y la escritura en transformar fonemas en letras. De manera que si un
niño no discrimina bien los fonemas, no es capaz de segmentar el habla en
unidades menores como las sílabas y fonemas, o no es capaz de retener varios
fonemas en su memoria mientras lee o escribe una palabra, sin duda tendrá
dificultades para aprender a leer y escribir. De hecho, todos los niños
disléxicos tienen dificultades en el procesamiento fonológico. De acuerdo con
esto, la definición aportada por la Asociación Internacional de Dislexia (2002)
dice textualmente que "la dislexia es una dificultad específica de
aprendizaje, de origen neurobiológico, que se caracteriza por dificultades en
el reconocimiento preciso y fluido de las palabras y por problemas de
ortografía y descodificación. Esas dificultades resultan de un déficit en el
componente fonológico"10.
En este sentido, hay varios tipos de evidencias empíricas
que apoyan la relación causal entre conciencia fonológica y lectoescritura. Las
más importantes son:
- Los
estudios longitudinales que muestran que los niños con mejores habilidades
fonológicas aprenden antes a leer y escribir. En inglés se han realizado
numerosos estudios que prueban esa relación11-13.
En español se ha hecho un estudio14 en
el que a 50 preescolares se les pasaron varias pruebas de procesamiento
fonológico antes iniciar el aprendizaje de la lectoescritura,
concretamente al comenzar segundo de preescolar, con una edad media cuatro
años y tres meses. Las tareas eran de discriminación de fonemas,
repetición de palabras inventadas (pseudopalabras) de memoria a corto
plazo y de denominación de rápida de objetos. Dos años y medio después, al
finalizar tercero de preescolar, con una edad media de cinco años y diez
meses, se les pasaron varias tareas del test de lectura PROLEC-R15 y
del test de escritura PROESC16.
Se encontró una alta correlación entre los resultados en las tareas de
procesamiento fonológico y las tareas de lectura, en el sentido de que los
niños que puntuaron alto en esas pruebas puntuaron también alto en las de
lectura y escritura, y los que obtuvieron bajas puntuaciones en las tareas
fonológicas presentaban mayores dificultades en lectoescritura dos años y
medio después.
- Los
estudios de intervención que muestran que el entrenamiento en habilidades
fonológicas mejora la lectoescritura. Numerosos estudios17-22 han
demostrado que solo con realizar actividades de conciencia fonológica, los
niños de los primeros cursos de escolaridad mejoran automáticamente sus
destrezas de lectura y escritura.
- Los
estudios que muestran que los niños con déficits fonológicos tienen
posteriormente dificultades en lectoescritura23-25.
Lyytinen et al.26 hicieron
un seguimiento de varios años a un grupo de niños de riesgo en finlandés
haciéndoles evaluaciones cada seis meses. Se consideraban de riesgo porque
pertenecían a familias con historial de dislexia. Cuando desarrollaron el
lenguaje los empezaron a evaluar en tareas fonológicas, por ejemplo
distinguir entre “ata” con una consonante corta y “atta” con consonante
larga. Los niños de riesgo presentaban más dificultades con este tipo de
tareas. Y al comenzar el aprendizaje de la lectura muchos de estos niños
presentaron serias dificultades lectoras.
En consecuencia, dada la estrecha relación entre
procesamiento fonológico y lectura y escritura, el procesamiento fonológico es,
sin duda, el mejor predictor del aprendizaje lectoescritor. Además, el
entrenamiento en habilidades fonológicas mejora considerablemente el
aprendizaje de la lectura y escritura. De hecho, es el tipo de intervención más
adecuado y más exitoso con los niños disléxicos especialmente cuando se realiza
a una edad muy temprana6,21,27.
Simoset al.6 obtuvieron
imágenes cerebrales, mediante magnetoencefalografía, de un grupo de niños de
riesgo de cuatro años y comprobaron una menor activación en la zona temporal
superior del hemisferio izquierdo, área del procesamiento fonológico, respecto
a otro grupo de niños control de la misma edad. Después, con los niños de
riesgo realizaron un programa de intervención, dos veces por semana. Al cabo de
cuatro meses, comprobaron que los niños habían mejorado notablemente el
procesamiento fonológico, pero lo más interesante fue que al observarles de
nuevo mediante neuroimagen comprobaron que en la zona temporal superior del
hemisferio izquierdo ahora se producía una activación similar a la de los
controles. Esto parece indicar que a la edad de cuatro años, dada la
plasticidad cerebral, las intervenciones logopédicas son mucho más exitosas.
A la vista de estos resultados parece fundamental poder
detectar tempranamente a los niños de riesgo de sufrir alteraciones en el
aprendizaje de la lectura, antes incluso de que se comience la enseñanza formal
de la misma. Si los pediatras en la revisión de los cuatro años y/o los
profesores de segundo de Educación infantil dispusiesen de una prueba sencilla
y rápida de aplicar podrían detectar muchos de los llamados niños de riesgo y
alertar sobre la necesidad de intervención logopédica con estos niños. Sin
duda, se evitarían muchos trastornos en la lectoescritura.
El objetivo de este estudio fue elaborar una prueba de este
tipo, es decir, de aplicación rápida pero sensible a los trastornos
fonológicos. Para ello se han utilizado varias tareas cortas, pero que miden
diferentes aspectos del procesamiento fonológico, como son la discriminación de
fonemas, la conciencia fonológica, la repetición de palabras desconocidas, la
memoria a corto plazo y la fluidez verbal. Se trata de actividades
relacionadas, pero que exigen procesos distintos y que dependen de zonas
cerebrales distintas28.
Por tanto, la finalidad sería detectar a los niños de riesgo de sufrir
trastornos en el aprendizaje de la lectoescritura para poder intervenir sobre
ellos y evitar justamente que presenten esos trastornos.
MATERIAL Y MÉTODOS
Participantes
Un total de 298 niños y niñas de cuatro años participaron en
el estudio; 122 fueron evaluados en consulta pediátrica, en varios centros de
salud del área de Bilbao y de la Comarca Interior de Vizcaya, en el momento en
que acudían para la revisión de cuatro años. Los 176 restantes fueron evaluados
en colegios de Educación infantil de Amorebieta, Donostia y Oviedo. Todas las
pruebas fueron llevadas a cabo de manera individual.
Materiales
Tal como se puede ver en el Anexo 1, la prueba
estaba formada por seis subtareas de procesamiento fonológico, la primera de
discriminación de fonemas, la segunda de segmentación en sílabas, la tercera de
identificación de fonemas, la cuarta de repetición de pseudopalabras, la quinta
de amplitud de memoria a través de dígitos y la sexta de fluidez verbal. Cada
subtarea se puntúa de 0 a 5 por lo que la puntuación total va de 0 a 30.
Tarea
A cada niño se le pasaban las subtareas que componen la
prueba en el mismo orden en que aparecen y siguiendo las instrucción que se
encuentran en el apéndice. Antes de comenzar con los ítems puntuables, hay
varios de ensayo para asegurarse de que el niño ha comprendido las
instrucciones.
RESULTADOS
Tal como se puede ver en la Tabla 1, la
puntuación promedio conseguida fue de 22,80 sobre 30. La puntuación media en
cada subtarea va de 3,29 en la de fluidez a 4,25 en la de discriminación de
fonemas.
En la Fig. 1 se puede ver la distribución
de las puntuaciones que se ajustan a la curva normal con un pequeño incremento
en la cola de la izquierda como consecuencia del grupo de niños que tienen
dificultades en el procesamiento fonológico.
Con las puntuaciones de todos los participantes se
calcularon los percentiles (Tabla 2).
Además, con el fin de proporcionar categorías cualitativas a
partir de los datos cuantitativos, se consideraron, como se hace usualmente,
puntuaciones normales los valores comprendidos entre una desviación por encima
y por debajo de la media. Esto es, los valores entre 18,38 (22,80 -4,42) y
27,22 (22,80 +4,42) se consideran puntuaciones normales. Por encima de 27 se
sitúan los niños con buenas puntuaciones y por debajo de 18 se encuentran los
niños de riesgo. Si en vez de una desviación de la media se resta una
desviación y media, la puntuación de corte está en 16,17. Este valor indica que
se pueden considerar casos graves todos los que tengan una puntuación por
debajo de 16. En total son 31 niños los que obtienen una puntuación de 16 o
menos, lo que supone un 10,4% del total.
En definitiva, en base a los datos obtenidos por esta
muestra se pueden establecer estas cuatro categorías: a) entre 27 y 30 puntos:
buen rendimiento; b) entre 18 y 27 puntos: normal; c) entre 16 y 18 puntos:
dificultades leves, y d) menos de 16 puntos: dificultades severas.
Fiabilidad
Para el cálculo de fiabilidad se utilizó el coeficiente α de
Cronbach con el número de aciertos en todas las pruebas. El valor de este
coeficiente es de 0,73, realmente alto, lo que le confiere una alta fiabilidad
a la prueba.
Validez
En cuanto a la validez, se utilizó la validez de constructo
a través de las correlaciones entre las seis subpruebas que componen el test y
con la puntuación total en la prueba. Tal como se puede ver en la Tabla
3, las correlaciones entre las subpruebas son altas, y en todos los casos,
excepto entre fluidez y segmentación, son estadísticamente significativas. En
cuanto a las correlaciones con el total de la prueba son todas muy altas,
siendo la más alta de todas la identificación de fonemas y la más baja la
fluidez verbal.
DISCUSIÓN
El objetivo de este estudio ha sido elaborar un test breve
de detección temprana de las dificultades en el aprendizaje de la lectura y
escritura. La detección temprana de esas dificultades, antes incluso de
comenzar el proceso de aprendizaje sistemático de la lectoescritura, puede
evitar el fracaso escolar y sufrimiento de muchos niños y familias. Los
resultados de las investigaciones de los últimos años muestran, de manera clara,
que a través de la evaluación del procesamiento fonológico se puede detectar a
los niños con riesgo de presentar dificultades en ese aprendizaje11,14,29.
En consecuencia, para la construcción de este test se
tuvieron en cuenta distintos aspectos del procesamiento fonológico, pero todos
ellos relacionados con la lectura y escritura, como son la discriminación de
fonemas, la conciencia fonológica, la memoria a corto plazo y el acceso al
léxico. La discriminación de fonemas permite la escritura al dictado; la
conciencia fonológica necesaria para descomponer el habla en sus unidades
menores (sílabas y fonemas) para conectarlas posteriormente con los grafemas
correspondientes; la memoria a corto plazo, imprescindible para retener
información verbal mientras se leen o escriben palabras o frases, y el acceso
al léxico que permite desarrollar una lectura fluida.
Todos estos componentes están estrechamente relacionados y
prueba de ello es que cuando hay déficit en alguno de ellos suele haberlo en
todos, como ocurre con los niños disléxicos30,31.
También en niños normales se encuentra correlación en cuando se evalúan esos
componentes28.
De acuerdo con estos datos, en este estudio, con una muestra
de casi 300 niños hemos encontrado unas correlaciones altas entre todos los
componentes y con el total de la prueba, lo que le confiere una buena validez
de constructo. También tiene una alta fiabilidad, según la prueba de Cronbach,
lo que significa que es una prueba útil para detectar problemas en el
procesamiento fonológico y en consecuencia, predecir las dificultades en el
aprendizaje de la lectoescritura. Los niños con una puntuación baja en esta
prueba posiblemente, si no se hace nada para remediarlo, tendrán dificultades
para aprender a leer y escribir. El objetivo de la prueba es justamente evitar
que se produzcan esas dificultades, ya que la intervención temprana sobre los
niños de riesgo es mucho más efectiva.
La prueba es de fácil y rápida aplicación en niños de cuatro
años. Se tarda un promedio de seis a diez minutos y con la puntuación obtenida
se puede ver si el niño necesita intervención logopédica para evitar problemas
de lectura y escritura. De hecho en la propia prueba se indican los valores por
debajo de los cuales se consideran casos de riesgo. Está pensada para los
pediatras en la revisión de los cuatro años y para los profesores de Educación
infantil que trabajan con niños de esta edad. Sin duda su aplicación, y
posterior intervención logopédica, evitará el fracaso escolar y la pérdida de
autoestima de muchos niños.
CONFLICTO DE INTERESES
Este estudio ha sido realizado dentro del proyecto
PSI2012-31913 del Ministerio de Economía y Competitividad.
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ANEXO 1
Test predictivo de dificultades en la lectoescritura
Nombre y apellidos / Fecha de nacimiento / Fecha de
aplicación de la prueba
Discriminación de fonemas (pares mínimos). “Vamos
a hacer un juego. Te voy a decir dos palabras y tienes que decirme si son
iguales o diferentes, si las dos palabras son la misma o no. Fíjate bien:
Gol-gol (son iguales), dar-bar (son muy parecidas, pero no son iguales, son
diferentes). Ahora te toca a ti: coz-coz..., mil-mis... ¡Muy bien, seguimos!”.
pan-paz • luz-luz • pez-tez • cal-col • fin-fin
Total:
Segmentación de sílabas. “Ahora tienes que dar
palmas. Mira cómo hago yo: casa ca-sa; ahora una más larga: ventana: ven-ta-na.
Ahora te toca a ti, dedo: ....... vaso:..... ¡Muy bien!”.
pera • lazo • cometa • oveja • mariposa
Total:
Identificación de fonema. “Voy a decirte un
sonido /r/, repítelo conmigo. Ahora dime si lo oyes en estas palabras. ¿Está
/r/ en zorro? (sí); ¿Oyes /r/ en la palabra pelo? (no). Seguimos con otras
palabras...”.
carro • sillón • ratón • rojo • piña
Total:
Repetición de pseudopalabras. “Este juego
consiste en repetir. Tienes que repetir unas palabras que no existen, porque me
las he inventado. ¿Vale? Repite lo que yo digo: jepo, socata...
¡Muy bien, ¿estás listo para continuar?".
nigo • muspe • diplo • tingano • pelagro
Total:
Repetición de dígitos. “Te voy a decir unos
números y tienes que repetírmelos. Presta mucha atención para no fallar”.
8 5
1-6 7-2
5-2-1 6-4-8
5-3-1-8 3-7-4-1
4-1-8-3-9 6-3-2-5-8
Total:
Fluidez verbal. Nombres de animales. “¿Cuál es tu animal
favorito?... Perfecto, pues ahora dime todos los animales que se te ocurran”.
Número de animales
Total:
Puntuación total (sobre 30):
Instrucciones para la aplicación y puntuación de las
tareas predictoras de la lectura
Esta prueba evalúa una serie de habilidades relacionadas con
la adquisición de la lectura: conciencia silábica, discriminación de fonemas,
memoria fonológica, fluidez verbal. La prueba consta de seis tareas; cada una
de ellas tendrá una puntuación máxima de 5 puntos, con lo cual el total de la
prueba serán 30 puntos. El tiempo de administración es de aproximadamente cinco
minutos.
Cada tarea tiene unas instrucciones orientativas, pero a
veces se requieren explicaciones complementarias para que el niño comprenda lo
que se le pide.
- Discriminación
de fonemas. El niño tiene que decir si dos palabras son iguales o
diferentes, para ello se le ponen ejemplos de dos palabras iguales
(mano-mano) y de dos palabras diferentes (mano-león). Es una tarea que no
les resulta difícil de entender. Puntuación: se pone un punto por cada par
bien realizado.
- Segmentación
de sílabas. En esta tarea se mide la conciencia de sílaba y el
niño tiene que segmentar la palabra en sílabas, dando palmas o golpes en
la mesa. Se le pondrán varios ejemplos, los que vienen en las
explicaciones, su nombre, el nombre de su madre... y se continúa con los
ítems del test. Puntuación: se pone un punto por cada palabra bien
segmentada.
- Identificación
de fonemas. Se valora la capacidad de discriminar fonemas dentro de
una palabra. Al niño se le indica que tiene que decirnos si oye un sonido
(fonema /r/) dentro de una palabra. Se le dice el fonema aislado y se le
manda que lo reproduzca él (en algunos casos el niño no tendrá una
pronunciación perfecta del fonema), luego se le ponen ejemplos de palabras
que llevan ese fonema: arrrrroz, Rrrramón, rrrrío,... Luego se pasa a la
tarea. Puntuación: se pone un punto por cada palabra.
- Repetición
de pseudopalabras. Esta tarea es muy sencilla. El niño tiene que
repetir sin más. Puntuación: se pondrá un punto por cada pseudopalabra
correctamente repetida.
- Repetición
de dígitos. Se trata de medir la memoria fonológica. El niño tiene que
repetir series de números; se comienza con un número, si lo repite bien se
pasa a dos, después a tres... Si falla se le da otra oportunidad con la
serie de la segunda columna. Si fracasa en los dos intentos se interrumpe
la prueba y se anota el número de dígitos que ha conseguido repetir. Se
presentan al ritmo de un número por segundo. Puntuación: la puntuación se
corresponderá con el mayor número de dígitos repetido correctamente.
- Fluidez
verbal. En un minuto el niño debe nombrar todos los animales que
se le ocurran. Se anotará el número de animales dichos. Puntuación: se
puntuará según el número de animales. 0-1: 0 puntos; 2-3: 1 punto; 4-5: 2
puntos; 6-7: 3 puntos; 8-9: 4 puntos; 10 o más: 5 puntos.
La puntuación total se obtiene sumando las puntuaciones
parciales de las seis tareas:
- Entre
27 y 30 puntos: buen rendimiento.
- Entre
18 y 27 puntos: normal.
- Entre
16 y 18 puntos: dificultades leves.
- Menos
de 16 puntos: dificultades severas.