Una de las características
más reconocibles del TDAH son las dificultades en el manejo del
tiempo. Por ejemplo son las 6 de la tarde estamos rellenando un formulario
que tenemos que acabar antes de las 8. De pronto, escuchamos un
sonido afuera en la habitación, nos pica la curiosidad y dejamos lo que estamos
haciendo para mirar por la ventana. Al mirar por la ventana vemos un autobus
que tiene un cartel de publicidad sobre una agencia de viajes que tiene un
descuento exclusivo hasta fin de mes, esto nos hace recordar ese viaje
pendiente que teníamos con la ciudad de la luz. Acto seguido nos dirigimos al
ordenador y tecleamos en el buscador las ofertas hacia París, cuando de pronto
se abre un anuncio desplegable con descuentos para esos botines de tacón ¡sí,
esos que tanto le gustan a nuestra amiga!, nos acordamos de ella, la llamamos,
se lo contamos, nos dice que gracias y aprovecha para contarnos la última con
su novio ayer por la tarde, pasa un tiempo nos despedimos, ¡uf que hambre!
abrimos la nevera y picamos un poco de jamón y queso, tras un cigarrito miramos
la hora y….¡aaaah! las 7.56 ¡Cómo es posible!
Cualquiera que lea esto y tenga TDAH
le habrá resultado familiar. Lo esperado en una persona sin el
trastorno/síndrome es que, a pesar de estar expuesta a los mismos estímulos
distractores, sea capaz de ponerlos “en cola” para atenderlos más tarde (si
procede) sin descuidar la tarea principal (el informe) y utilizar de forma más
o menos eficiente ese tiempo del que dispone. Como dice Russell Barkley el
TDAH causa una ceguera temporal (time blindness). A las personas con
el trastorno nos cuesta más en comparación con el resto tener una perspectiva
del horizonte temporal en relación a nuestras metas e intenciones y por eso,
muchas veces (demasiadas), nuestro rendimiento en las actividades de la vida
diaria es significativamente más bajo de lo esperado.
Pero hablemos del tiempo como
recurso. Como tal es muy peculiar por varios motivos:
- Es
esencial. Tanto que, a veces damos por hecho que lo tenemos.
- Es
inelástico. Lo cual quiere decir que no puede acumularse, ahorrarse ni
tomarse prestado.
- Es inexorable. El tiempo fluye en un sólo sentido y no hay
marcha atrás.
- Es
equitativo. A diferencia de otros recursos como el dinero, el tiempo pasa
igual para todas las personas del planeta ya sean ministros, ejecutivos o
limpiadores. O sea sus días tienen 24 horas, sus horas 60 minutos y sus minutos
60 segundos... exactamente igual que los tuyos.
Pese a todo nuestra percepción del tiempo es subjetiva y puede estar influenciada por nuestras creencias algunas de las más frecuentes son:
· Creer que nuestro
tiempo es gratuíto y sin valor. Como hemos apuntado es
esencial.
· Creer que el tiempo
es inagotable. Como ya se ha señalado es escaso.
· Creer que "no
tenemos tiempo". Como veremos más adelante siempre podremos hacer algo
con el tiempo del que disponemos lo sabio es saber cómo priorizarlo.
· Creer que tenemos
plena conciencia de cómo lo usamos. Muchas veces no sabemos cómo
evaluar el costo temporal real de lo que hacemos.
Por lo tanto, una de las claves para
conseguir nuestros objetivos pasa por una adecuada gestión del tiempo. Las
personas con TDAH tenemos la necesidad de concienciarnos de esto y tomar
medidas de forma mucho más rigurosa que el resto. Ahora deja que reproduzca una
respuesta que el político Pablo Echenique (quien tiene serias limitaciones
físicas de movilidad) dio al ser entrevistado en el programa "otra vuelta
de tuerka", la pregunta en cuestión fue la siguiente "he oído
que eres 5 veces más lento que los demás, sin embargo tardas 5 veces menos que
el resto ¿cómo es posible?" A lo que él respondió "...cuando
veo a alguien que tiene más movilidad que yo, lo veo haciendo 98 cosas que no
hacen falta y dos que son vitales, yo simplemente elijo, hago las dos que son
vitales, es un aprendizaje..." Priorizar pasa por ser la
base fundamental en el éxito de la gestión del tiempo y como apuntó
Pablo Echenique es algo que se puede aprender. Pero ¿Cuáles son las
claves que nos van a permitir priorizar el tiempo del que disponemos? Podemos
organizar el tiempo de acuerdo con dos variables:
1.
El grado de importancia.
2.
El grado de urgencia.
De esta manera el tiempo quedaría
dividido en 4 zonas diferentes:
MÁS URGENTES
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MENOS URGENTES
|
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MÁS IMPORTANTES
|
COSAS URGENTES E
IMPORTANTES:TAREAS SENCILLAS PERO NECESARIAS PARA EL DESARROLLO DE NUESTRA
ACTIVIDAD
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COSAS IMPORTANTES Y
NO URGENTES: AQUELLAS EN RELACIÓN DIRECTA CON NUESTROS OBJETIVOS PERSONALES.
|
MENOS IMPORTANTES
|
COSAS URGENTES Y
NO IMPORTANTES:REQUIEREN NUESTRA ATENCIÓN INMEDIATA, NO PUEDEN ESPERAR.
RESOLVEMOS LA URGENCIA Y PLANIFICAMOS PARRA MINIMIZAR URGENCIAS
|
COSAS NO URGENTES
Y NO IMPORTANTES: AQUELLAS QUE NOS ROBAN TIEMPO Y NO GUARDAN RELACIÓN CON
NUESTROS OBJETIVOS.
|
La clave pasa por pasar la
mayor parte del tiempo posible en la zona de cosas importantes y no urgentes para
ello se ha de seguir un protocolo que pasa por, primero, reconocer y clasificar
nuestras tareas y luego actuar de la siguiente manera:
Para cosas urgentes e
importantes: hacerlas lo antes posible.Son
esas cosas tienen un plazo externo, como rellenar un informe, llevar un recibo
al banco, etc... que hay que hacer obligatoriamente, si no se hacen se acumulan
y luego nos roban tiempo. Muchas veces las procrastinamos y acabamos estando
demasiado tiempo en esta zona temporal lo que nos provoca estrés y agotamiento.
Se recomienda que el tiempo diario a dedicar sea el 15% del tiempo.
Para cosas no
urgentes e importantes son las
prioritarias, dedicar el mayor tiempo posible. Son las que tienen
relación directa con nuestros propósitos vitales y a las que debemos dedicar
más tiempo. Pueden ser como mantenernos en forma, pasar tiempo con nuestros
seres queridos, dedicar tiempo a nuestros objetivos profesionales, socializar,
etc... Lo recomendado es pasar un 65% del tiempo en esta zona
temporal. Si lo hacemos obtendremos equilibrio, disciplina, desarrollo
personal...
Para cosas urgentes y
no importantes: delegar si
es posible o realizarlas rápidamente. son aquellas tareas que
tienen un plazo establecido pero que no guardan una relación directa con
nuestros objetivos como pueden ser las interrupciones de cualquier tipo,
llamadas de teléfono, imprevistos, peticiones externas, etc... Hemos de dedicar
tiempo a los demás pero sin olvidar que el nuestro es limitado. Lo recomendable
es destinar un 20% del tiempo. Si nos perdemos en estas cosas nos
podemos desorientar y perder el rumbo acabando con una sensación interna de
frustración. Una habilidad requerida muchas veces para
gestionar esta zona temporal es saber cómo decir no a ciertas
cosas.
Para
cosas ni urgentes ni importantes: desecharlas. Son esas cosas que no guardan
relación con ninguno de nuestros objetivos y a las que solemos recurrir cuando
procrastinamos, recurrir a esta zona nos aporta evasión pero nos hace ser
irresponsables, huelga decir que el tiempo planificado para las mismas ha de
ser el 0%.
Una vez que tenemos unos criterios
para priorizar hay dos cosas importantes que se deben hacer para aprovechar al
máximo estas categorías:
· Adaptarlas a las
necesidades del TDAH. Esto quiere decir
que estas categorías de priorización del tiempo han de
ser externalizadas lo máximo posible en nuestras agendas o listas
diarias. Esto requiere el esfuerzo de planificarlas a modo de pequeños
objetivos diarios De nada sirve tener el conocimiento de las mismas si no
encontramos la forma de acordarnos de ellas en todo momento. Además hemos de utilizar
instrumentos de medida del tiempo como alarmas y avisadores que
nos den un feedback constante del tiempo que estamos gastando para no
perder la perspectiva y salir de esa "ceguera temporal".
· Definir cuáles son nuestros objetivos.
Esto es lo más complicado y lo que requiere un trabajo de mayor profundidad. El
clasificar algo como importante o muy importante presupone que sabemos en
relación a qué es importante y ese algo son nuestros objetivos, los cuales parten
de nuestras necesidades y valores personales. Cuando no tenemos bien definidos nuestros objetivos caemos en aquello que ya explicamos en otra entrada llamado procrastinación y es
cuando se nos suele ir el tiempo a esa zona de las cosas que no son ni urgentes
ni importantes. Así pues, una buena gestión del tiempo en el fondo es una toma
de conciencia de lo que de verdad importa y lo que no ...