14 Consecuencias de educar con sobreprotección
Cuando educamos con sobreprotección estamos creando
personas:
- inseguras,
- dependientes,
- faltas
de autonomía,
- vulnerables,
- temerosas
(con un gran miedo a
lo desconocido),
- con
una baja
autoestima,
- intolerantes
a la frustración,
- impulsivas,
- inmaduras,
- incapaces
de terminar cualquier tarea que requiera un esfuerzo, ya que buscan la
gratificación inmmediata,
- incapaces
de responsabilizarse de sus actos,
- buscan
siempre a quien culpar de sus fracasos,
- propensos
a dejarse llevar por las malas compañías y
- a
caer en adicciones.
En definitiva, estaremos criando a futuras personas con
escasas o nulas habilidades socioemocionales. Y lejos de privarles de
sufrimientos les estaríamos proporcionando justo eso, una vida llena de
obstáculos para la que no están preparados para saltar.
10 características de los padres sobreprotectores
Hay muchas formas de sobreproteger pero en esta lista solo
he colocado las más evidentes, las más habituales y las más comunes. Hay otras,
pero hoy no las mencionamos. Quizás todos los padres sobreprotegemos en en
alguna ocasión, el problema deriva cuando es una práctica habitual y priva a
los niños a
poner en práctica sus habilidades y capacidades, o cuando necesitamos actuar
así para sentirnos útiles e importantes o necesitamos tener el control sobre
las vidas de nuestros hijos.
Por lo general un padre o madre se vuelve sobreprotector
cuando
- Evitan
a sus hijos cualquier situación desagradable, difícil o resuelven por
ellos sus problemas. Es un ejemplo de esta situación los padres que
realizan los deberes escolares de sus hijos o los que intervienen cuando
otro niño o niña “molesta” a su hijo en lugar de permitir que se defienda
solo.
- Limitan
o impiden que sus hijos exploren el mundo por si mismos, privándoles
de la oportunidad de aprender, por ejemplo
- no
les dejan gatear porque el suelo está sucio,
- evitan
a toda costa que se lleven cualquier cosa a la boca,
- no
dejan que nadie les de nada o les coja,
- …
- Tienen
una alta tolerancia a multitud de demandas y exigencias que el niño
muestra. Responden inmediatamente a sus demandas sin poner límite.
- En
cambio, limitan en exceso las demandas de independencia o
autonomía. No les permiten salir a la calle porque hace excesivo frío
o calor, eligen la ropa que se van a poner o los amigos con los que deben
relacionarse.
- Los
padres sobreprotectores siguen haciéndolo todo cuando el niño está
perfectamente capacitado para hacerlo solo:
- le
siguen dando de comer,
- le
siguen vistiendo y calzando o peinando,
- le
siguen acompañando al baño.
- Suelen
contestar por el niño cuando otros adultos se dirigen a él, privándole
de este modo que exprese su opinión o sus deseos.
- Cuando
sus hijos cometen algún error ellos los ignoran, tapan o justifican.
- No permiten
que su hijo o hija realice salidas con compañeros de su edad, aun
teniendo la madurez suficiente para hacerlo.
- Utilizan
el miedo para
tener el niño bajo su control. Es típico oírles decir “no subas ahí que te
caerás y te harás mucho daño”, “si vas tu solo puede pasarte algo
malo”,
- Se
sienten culpables cuando no ayudan a sus hijos a resolver sus
problemas o dificultades, se sienten responsables de todo cuanto
les ocurre, ya sea que se hayan caído en el parque o cogido un
resfriado.
La sobreprotección se vuelve dañina porque no deja que
los niños se desarrollen emocionalmente. La sobreprotección impide
que nuestros hijos evolucionen socialmente a la vez que les priva de poder
alcanzar la madurez suficiente para ser personas independientes y autónomas que
se valgan por sí mismas al alcanzar la edad adulta. La sobreprotección produce
sentimientos de inseguridad y de poca valía en los hijos que han
estado educados bajo estas circunstancias.
Como vemos, la sobreprotección puede manifestarse de
múltiples formas y ser causada por muchos motivos. Algunas causas de
sobreprotección pueden ser:
- nacimiento
de un niño muy deseado,
- enfermedad
del pequeño,
- personalidad
de los padres,
- …
Sea cual sea el motivo que nos vuelve sobreprotectores
debemos conocer sus posibles consecuencias y evitar en la medida que nos sea
posible conducirnos de este modo. Debemos fomentar la autonomía y la
independencia, intentando educar desde la libertad y en la responsabilidad de
las acciones que realizamos día a día enseñando las consecuencias (positivas y
negativas) que tienen nuestros comportamientos.
Tener un comportamiento excesivamente sobreprotector con
nuestros hijos nos vuelve irremediablemente en unos padres tóxicos, de los que hablamos en uno de los artículos
de este blog y al que puedes acceder mediante el enlace.
Fonte: Mamá Psicóloga Infantil