¿Qué es el Pensamiento Arborescente?
La verdad es que no tenía ni idea, es más, la palabra en sí me parecía
impronunciable, ¡menudos palabros se inventan estos profesionales!
Siempre había pensado que mi manera de pensar era normal, nunca me había
parado a pensar si había otra manera de hacerlo. Lo cierto es que cuando iba al
instituto, uno de mis problemas fué debido a ello, aunque claro, en aquella
época aún menos se sabía, era consciente que me sabía el contenido de los
exámenes, es más, hablaba conmigo misma y me lo repetía, pero es verdad que
intentando centrarme en la materia me aparecían otros pensamientos, y de estos
otros, otros más y entonces me enredaba. Recuerdo que cerraba los ojos como
para poder enfocar mejor el pensamiento, como si lo buscara en mi interior,
como un miope, intentado volver a rescatarlo… A veces lo conseguía…otras veces
no…en los exámenes imaginad que lio con tanta actividad. Esto me llevaba a una
frustración, estaba claro, yo me lo sabía….pero dentro de mi cabeza habían
demasiadas cosas que me distraían y me enredaban sin querer, y que me hacían
perder el sentido a lo que quería expresar.
Intenté buscar la manera en la que organizando mi cabeza llegara a
conclusiones limpias, sin paja…empecé a hacer mis esquemas, mapas mentales, y
eso fue una buena idea para aprender a sacar lo importante, apuntarlo para no
olvidarlo y enlazarlo a otras ideas pero con sentido. En aquella época tuve que
espabilar, con la losa a mis espaldas de pensar que era la más tontuna de la
familia… Ahora pienso en todo el esfuerzo, en todo lo que aprendí, en como supe
tirar adelante yo sola con mis recursos, y me maravillo cuando leo en libros
que exactamente eso que hacía yo, es lo que mejor resultado da.
Bien, hay dos pensamientos, el Pensamiento lineal que
es el que predomina en las personas con lateralidad izquierda, es un
pensamiento ordenado y secuenciado, y el Pensamiento Arborescente que
es precisamente éste, el de personas en las que predomina la lateralidad
derecha. Este pensamiento es caracterizado por la afluencia y por el tráfico
intenso de ideas, en forma de árbol, que se solapan las unas a las otras, se
suceden, se enredan, se mezclan tan rápidamente que cuesta retenerlas y se
olvidan fácilmente. Es un pensamiento invadido por las emociones, por lo que
uno vé, siente, escucha, analiza, todo a la vez, como si tuviéramos dos
personas trabajando al mismo tiempo. Podemos estar en medio de una plácida
conversación con una persona, y nuestro otro yo estar analizando el tono de
voz, la mirada, el gesto, si está nervioso, si parpadea, desmenuzamos toda esa
información en cuestión de segundos, obteniendo así un informe en el que
podemos adelantarnos a lo que va a suceder, todo esto con el fin de mantener el
control de la situación.
¿Por qué?
Porque debajo de esa maquinaria existe alguien frágil y vulnerable que se
esconde para que no puedan hacerle daño.
Porque vivir con las emociones a flor de piel es tremendamente doloroso.
Es doloroso sentir tanto, sentir todo.
Soy consciente que es complicado de entender, para mí fue un alivio
encontrar el motivo a mi hiperactividad cerebral, alguna vez he deseado poder
tener un botón ON-OFF para poder apagar el circuito y poder
descansar.
Pensar tanto causa ansiedad. Es cierto, hace poco leí un artículo que
hablaba sobre si la ansiedad se daba en personas con más inteligencia, y estoy
rotundamente de acuerdo, muchos de nosotros sufrimos ansiedad debido al
constante análisis de las situaciones, nuestra arborescencia nos lleva a
analizar tanto lo posible como lo imposible, mezclando datos, conectando
emociones, recuerdos, poniendo sentimientos y acabamos exhaustos de tanto
pensar, sufrimos anticipándonos a la peor de las catástrofes, las vivimos en
primera persona como si en ese mismo instante estuviera sucediendo lo que nos
preocupa.
Si es agotador para un adulto… Imaginad para un niño que todavía no sabe
manejar sus emociones…
Fonte: HablandoEnCebra
'Un cociente intelectual de 130
no significa nada' pero afecta
La psicoterapeuta Jeanne
Siaud-Facchin lleva años diagnosticando y
tratando los problemas que provoca el exceso de inteligencia en la infancia.
Tras pasar por su consulta muchos niños con dificultades por este motivo, se
dio cuenta de que sus padres habían tenido los mismos problemas que sus hijos y
no sólo eso, sino que décadas después seguían arrastrando un desajuste con su
entorno. Por eso, la psicoterapeuta Jeanne Siaud-Facchin, una de las
principales expertas en este campo, se decidió a escribir¿Demasiado
inteligente para ser feliz? (Paidós), un libro en el que analiza el
día a día de los adultos superdotados, las herramientas para realizar un
diagnóstico correcto y algunos trucos para que la inteligencia sea un buen
aliado. Autora también de Cómo la meditación cambió mi vida,
reconoce que llegó a ésta a la par que trataba a sus pacientes, herramienta que
aprovechó para serenar la mente de las personas superdotadas: "su cabeza
siempre está activa, del pasado al presente y de este al futuro. Nunca paran.
La meditación les viene bien porque les ayuda a parar y a vivir el momento, a
serenarse".
¿Cómo es una persona superdotada?
Tienen una personalidad muy
paradójica. La estructura cognitiva de las personas superdotadas es muy
diferente a la del resto de la población. Cuando reciben un estímulo, en su
cerebro se activan muchas neuronas, lo que les genera miles de ideas y una gran
dificultad para saber discriminar la información correcta. Es la primera
paradoja. Además, la transición de los datos va más rápida que lo que tarda el
cerebro en procesarlos. A eso se une que las conexiones entre la parte frontal
del cerebro y la zona parietal también van más rápidas. Eso les da una gran
potencia de inteligencia, pero también sobreabundancia de información, que les
conlleva en la adolescencia una dificultad para organizar y estructurar el
pensamiento. Es una fuerza y una fragilidad a la vez. Esta forma de
inteligencia contribuye a una gran lucidez sobre lo que pasa en cada momento de
la vida, que puede generar además sufrimiento por entender demasiado, por analizar
demasiado, e interferir en la capacidad de ser feliz. El segundo aspecto
fundamental es el relacionado con la creatividad emocional. Tienen
hipersensibilidad, y algo banal se puede convertir en un cataclismo emocional.
Las emociones siempre les invaden y esto puede generarles vulnerabilidad y
dificultad para conectar con lo que les pasa. También les resulta complicado
estar tranquilas y no pensar demasiado en el futuro o en el pasado. Además,
tienen una inmensa capacidad de empatía, de sentir lo que sienten los demás.
Esto crea una intensidad de vivir que a veces es difícil de llevar, pero
también les genera creatividad, talento y fuerza.
Con estos rasgos, ¿en qué trabajo encajan mejor estas personas?
Pueden aplicar su inteligencia y
sensibilidad a muchos sectores. Tanto en profesiones muy creativas, como las
relacionadas con el arte, pero también pueden volcar su creatividad en
empresas, en la ingeniería, etc. Lo importante es que puedan tener un entorno
de agilidad y creatividad, porque todo va muy rápido para ellos, y tener la
posibilidad de asociar ideas que no se hubieran encontrado de un contexto más
lineal y más lógico. Por eso tienen a veces dificultades para adaptarse al
mundo profesional, porque hay un desajuste, porque hay dos tempos. Su inteligencia
les permite entender las cosas a 360 grados pero no saben cómo explicarlas
porque tienen la convicción de que la realidad es como ellos la piensan. Eso
hace que tengan una relación difícil con los jefes. No obstante, no siempre
todo es rápido para ellas. A veces tienen la necesidad de detenerse en un
punto, algo que les parece central mientras que los demás van a pensar que eso
es algo anecdótico pero, ellas tratan de llegar siempre al final de las cosas.
Esto les puede generar un sentimiento de desajuste, de no estar al mismo nivel
que los demás y dificultad de sincronización.
¿Se puede confundir hiperactividad con una personalidad superdotada?
Los dos tienen una gran rapidez
en el cerebro. Los hiperactivos van muy rápidos y, si nadie les interrumpe,
funcionan. Pero, si se distraen pierden todas sus ideas. En cambio, los
superdotados tienen un inmenso mapa donde se pueden apoyar y asociar sus ideas.
No es la misma potencia a nivel intelectual. Para saber si una persona es
superdotada, no basta con determinar su cociente intelectual (CI). Es como la
fiebre en una enfermedad, que no te dice lo que tienes. Lo importante es saber
cómo funcionamos, cuáles son los mecanismos que se activaron para producir ese
CI, explorar la inteligencia pero también el mundo psicológico y emocional,
para poder imbricar ambos aspectos. Se empieza a hablar de superdotados con un
CI igual o superior a 130, pero esa cifra no significa nada. Una persona puede
dar en un test de inteligencia un nivel más bajo porque sea muy ansiosa,
inhibida o depresiva, y aun así ser superdotada. También es posible tener un CI
elevado, de 140 por ejemplo, y estar en un modo patológico, como puede ser el
caso de algunos autistas, que tienen una inteligencia muy particular. Es un
índice que orienta el diagnóstico.
¿Se puede ser niño superdotado y feliz?
Sí, si el entorno se adapta y
entiende la particularidad de estos niños. De lo contrario, pueden tener
verdaderos problemas en el colegio, porque la escuela funciona de manera muy
lineal, con mensajes que tienen que transmitirse de manera muy codificada.
Ellos entienden todo a la primera, pero ven como el profesor repite todo varias
veces para los demás, y esto les genera agitación y problemas en clase. Además,
siempre necesitan comprender más allá, hacer preguntas, etc. Como son muy
sensibles y tienen un concepto de la justicia muy elevado, van a discutir con
mucha frecuencia con sus profesores por no estar de acuerdo con ciertas
decisiones, lo que puede hacer que parezcan impertinentes.
¿Y qué recomendaciones les da a estos niños?
A veces está bien que se salten
alguna clase, para que no vayan tan rápido, permitir así hacer funcionar su
inteligencia. También les puede venir bien estar con niños mayores , con temas
educativos más cercanos para ellos. Pero si todo ese sufrimiento les ha
generado ansiedad y problemas, hay que llevarles a un psicoterapeuta para
ayudarles, porque a veces tienen una imagen errónea de sí mismos.
¿Cómo son sus relaciones
afectivas en la adolescencia?
Suelen comprometerse de forma más
seria que el resto de adolescentes, porque el amor y el compromiso, como otras
cosas, están sobredimensionados. Y por eso también tienen miedo a sufrir y a
decepcionar al otro.
Entonces, ¿se suelen comprometer pronto y para toda la vida?
No, no siempre. Estas personas
tienen una sensibilidad extraordinaria que puede dar lugar a consecuencias
terribles para aquellas que no están bien. Porque intentarán multiplicar sus
aventuras amorosas para seguir con esa intensidad amorosa, aunque ellas lo que buscan
(tanto adolescentes como adultos) es el compromiso verdadero y auténtico. Pero
muchas veces prefieren no comprometerse en lugar de tener un compromiso a
medias. Como me dijo el padre de un paciente hace poco: "en realidad, son
inválidos del matiz, del término medio. Es todo o nada".
¿Hay diferencias debidas al género?
En las consultas médicas y
psiquiátricas de Francia se ven cinco o seis chicos por cada chica. El motivo
no es que ellos tengan más problemas sino que, aunque estemos en el siglo XXI,
los padres de familia se preocupan más rápidamente por los chicos que por las
chicas. Otra razón es que los problemas de los niños (ansiedad, depresión, o lo
que sea) hacen más ruido. Ellos son más activos y atraen más rápido la atención
de los profesores y de los padres. En cambio, las niñas intentan hacer lo mejor
que pueden las cosas y lo que esperan de ellas, aunque tengan un problema. En
los superdotados, vemos lo mismo. Los chicos se vuelven muy reactivos cuando no
consiguen expresar lo que son. Las chicas en seguida se cuestionan y, cuando se
sienten mal, lo ocultan. Años después, los problemas son mayores en ellas,
porque los guardaron para sí mismas durante mucho tiempo. Y aún así, van a
intentar adaptarse mientras que los hombres van a desarrollar problemas graves
al estar en rebeldía, al intentar imponer su forma de ser.
¿Intentar ocultar esta falta de adaptación puede generar más problemas?
Sí. Depresión, problemas de
imagen patológicos, sensación de ser nulo, de no valer, de no tener ningún
valor.
¿Hay algún tratamiento farmacológico para estas personas?
No. Porque no están enfermas, ser
superdotado no es una patología. Pero si no se desarrollan en un entorno
adecuado, sí tendrán sensación de estar en otro plano, de pensar cosas que
nadie imaginó, de entender cosas que nadie entendió, sensación de aburrimiento
de su trabajo, de su pareja, un sentimiento de soledad enorme... Todo les
genera confusión. Pueden estar recibiendo el mensaje de que son demasiado
excesivos, demasiado sensibles, que plantean demasiadas preguntas, que van más
allá en todo, que no dejan pasar ni una. Esta falta de adaptación crea
desajuste, y esto puede llevarles a consultar con un médico. Si éste hace un
diagnóstico erróneo, les diagnosticará unas patologías que sí las enfermarán,
porque les recetarán pastillas que les harán enfermar.
Tiene que ser complicado vivir
con estas personas, ¿no?
Sí. La sociedad tiene una especie
de normalidad, del sentido del término medio, y la adaptación social para ellas
es difícil a veces. Con frecuencia, la queja de adolescentes y adultos es tener
la imprensión de estar a la vez con los demás y estar aislados. Una vez más
están en otro nivel, en desajuste.
¿Cuál es la palabra que mejor les define? ¿Intensidad?
Bravo. De hecho, así se denomina
a lo que les ocurre: Síndrome de intensidad. Son demasiado intensas.